Históricamente, dos son las razones por las que las gentes de un país deciden abandonarlo todo y difuminarse por el mundo: la política y el hambre. La política bien llevada es signo de bienestar para la gente. La política llevada torpemente o con ruindad puede generar fanatismo primero, guerra y confrontación después y desencanto al final. El hambre duele en los huesos y en la piel. Cuando el hambre llega al pueblo, la ideología palidece hasta morir. Cuando el hambre llega, la patria importa un pepino.
Cuba —ese pedazo de Caribe que contiene todos los Caribes inimaginables— ha padecido en setenta años los fundamentalismos de la política y la visceralidad del hambre. En estas décadas de constante y estática Revolución, la vitalidad, la verbosidad y los ánimos de los hombres y las mujeres de Cuba se han dispersado por el mundo entero huyendo del fervor político de los años sesenta y, tras la caída de la Unión Soviética, del hambre lacerante.
Recoger la voz de algunos de esos millones de cubanos que se han ido o que sueñan con irse de la Isla ha sido el trabajo del escritor bogotano, G. Jaramillo Rojas, en su libro Cubanías. El libro recoge las voces de una veintena de cubanos que están regados por América Latina: transexuales, prostitutas, musulmanes y judíos de la Isla, rockeros, pescadores, niños, peatones circunstanciales, etc.
Todos los personajes del libro son diversos y olvidados: cubanos que huyen del lugar común del son y el sabor caribeño, cubanos que luchan apenas por sobrevivir en medio de la precariedad económica y cultural de los países latinoamericanos, cubanos que sueñan con darle a sus familias un poco de comodidad capitalista, cubanos desencantados de la Revolución y de la política y, por tanto, cubanos que “miran de perfil, más no con odio” el castrismo.
Jaramillo Rojas se interesa por lo diferente, sin caer en el exotismo ni en las rarezas. Por el contrario, con un verbo diáfano y reposado, el autor del libro nos va mostrando a personajes diferentes a los que nos tiene acostumbrados el imaginario sobre Cuba. Y más que mostrar, Jaramillo Rojas les da micrófono a sus personajes para que hablen de sí mismos. Porque estos relatos no tratan sobre Fidel, no tratan sobre Raúl, no tratan sobre La Revolución, no tratan sobre el comunismo. Los relatos tratan sobre hombres y mujeres que cuentan su vida o instante de sus vidas o la ilusión de una vida mejor lejos de la Isla.
Siempre que se piensa en cubanos por fuera de Cuba, los ubicamos en la Florida. Y la razón es apenas obvia: durante décadas, el primer lugar que tocaban los cubanos cuando salían de la Isla eran los Cayos, al sur de la Florida. Así que el lugar común nos diría que —como en el Scarface de Brian de Palma— para ver y retratar mejor a los cubanos fuera de Cuba, hay que ir a la Florida. Sin embargo, Jaramillo Rojas se decanta por los otros cubanos: los que están en Uruguay, en Argentina, en Venezuela o en la Embajada de Cuba en Colombia. Es decir, los cubanos que no han podido coronar el sueño americano.
Y esto tiñe al libro de cierto aire de derrota algunas veces, de esperanza otras. Jamás de rutilante triunfo. Todos estos cubanos del libro sueñan con un futuro mejor: Débora planea ponerse tetas prontamente, Tiago sueña con relanzar su banda de rock en Buenos Aires, Jasiel añora llegar a la NBA, Rami quiere montar un estudio de grabación especializado en rap, Jorge piensa regresar a Cuba cuando aprueben el matrimonio igualitario para vivir libremente con su novio.
En las voces de este montón de personas, aparece la genialidad y la fluidez del verbo Caribe. No para hacer caricatura de ello, sino para que ellos se muestren en su pura naturalidad Todos los personajes tienen chispazos de lucidez y de sabiduría popular que los hacen personajes/personas: hombres y mujeres que cuentan su tragedia con ternura y con esperanza. Porque si una palabra recorre este libro es esperanza, acaso uno de los sentimientos más hermosos de la humanidad.
Cubanías está bellamente editado por la editorial independiente 9Editores. Además de los relatos de los cubanos que están parados en las cuatro esquinas del universo esperando que algo cambien en la Isla para volver, hay también unas estampas cotidianas de Cuba, una novela-crónica y unas fotos de la Isla tomadas por la fotógrafa colombiana, Dahian Cifuentes.
El libro lo pueden conseguir aquí: https://nueveeditores.com/producto/cubanias/